lunes, 31 de mayo de 2010

Roland Garros: historias en polvo de ladrillo

¿Quién fue Roland Garros? (1888 - 1918)

Fue un oficial francés que atravesó por primera vez el Mediterráneo en una travesía aérea, en el año 1913.

Perfeccionó el sistema de tiro con los cazas aéreos y logró records de altitud con sus naves.

Fue abatido en 1915 y hecho prisionero por los alemanes, pero logró escapar.

En 1918, durante un combate aéreo, Garrós fue muerto, casi al finalizar la Primera Guerra Mundial.


El nacimiento


En septiembre de 1927, los "Cuatro Mosqueteros" del tenis francés quitaron la Copa Davis de las manos norteamericanas. Para defender el título el año siguiente, los franceses tendrían que construir un estadio para albergar la fanaticada que transformó René Lacoste, Henri Cochet, Jean Borotra y Jacques Brugnon en héroes nacionales. El plazo era de apenas nueve meses para levantar el estadio.

En Menos de um año depués, la construcción de estadio habia finalizado. Como tributo a un aviador, heroé de la Primera Guerra Mundial, el estádio fue nombrado Roland Garros. La inauguración oficial de Roland Garros fue en mayo de de 1928, en un amistoso entre Francia e Gran Bretaña. Poco después Francia mantuvo la corona de Davis en una fiesta involvidable, que resultaria en cinco conquistas consecutivas hasta 1932. En 1968 con el surgimiento de la era profesional, pasó a ser llamado French Open.

Año tras año, el prestigio de Roland Garros creció, al igual que su público. En el fin de la década de los 60, era evidente la necesidad de ampliar el estadio, pero la falta de fondos limitó las reformas hechas en 1968.

El crecimiento del profesionalismo del tenis trajo innovaciones constantes al estadio. En 1979, surgió el famoso "Village" con 2 mil metros cuadrados, donde los 17 patrocinadores oficiales del torneo exponen sus productos y reciben ilustres visitantes y clientes.

En 1980, surgió la cancha I, donde 4.500 sillas fueran añadidas al complejo. Cuatro años después, la injección de fondos fue mayor y fueron construidas nueve canchas externas. Surgió también la famosa "Plaza de los Mosqueteros", en el centro del complejo, donde fueron levantadas las estatuas de Jean Borotra y René La Coste en 1989. Éstos fueron seguidos, en 1990 con una estatua de Henri Cochet y otro de Jacques Brugnon en 1991.

La entrada de grandes y fieles patrocinadores permitió la construcción de la cancha Suzanne Lenglen, en 1994 para 10.068 personas, lo que llevó al torneo a alcanzar 390 mil espectadores en 1999. Finalmente las reformas surgieron en el año 2000, con reinaguración de la cancha central. Fueron demolidas algunas terrazas para dar mejor arquitectura al edificio, que ahora cuenta con dos pisos y un estudio de Televisión.

El Nacional de Francia surgió poco después de Wimbeldon, en 1897, pero solo permitia la participación de jugadores residentes en el país. En 1925, abrió sus puertas para los extranjeros y se nombró Campeonatos Internacionales de Francia.


Posible cambio de sede


Con palabras calmas pero rotundas, Roger Federer y Rafael Nadal fueron de los primeros en plantear su oposición a una posibilidad que va tomando forma día a día y que ya levanta fuertes vientos de polémica: la potencial mudanza de Roland Garros . “Espero retirarme antes de que eso ocurra; sería muy triste que se deje de jugar en este lugar lleno de historia”, afirmó el siempre correcto Roger. “Roland Garros tiene su historia y esa historia está aquí. Debe quedarse en este predio. Si se va a otro lado será también un gran torneo, pero perderá un poco su esencia. Acá se respira tenis”, dijo Rafa. Justine Henin no adhirió a la postura de los dos mejores tenistas del mundo. “En los últimos años, Roland Garros tuvo problemas de espacio. Y eso está a la vista si se lo compara con otros Grand Slam que crecen sin pausas. Hay que ser realistas”, analizó la belga.

Lo cierto es que el tema está en el candelero, casi tanto como el juego propiamente dicho, y promete muchas frases y muchas acciones más (de todo tipo, incluso políticas) hasta febrero de 2011, cuando será comunicada la decisión final de acuerdo a lo anunciado en estos días por Gilbert Ysern, director general de la Federación Francesa de Tenis (FFT) y del torneo.

El año pasado pasaron por Roland Garros, en las dos semanas de competencia, 424.340 personas, una cifra récord. En los primeros siete días de esta edición (hasta el sábado), el promedio por jornada fue de 35.213 espectadores.

Los que quieren la mudanza reiteran lo que opinan desde hace varios años: las 8,5 hectáreas del complejo del Bois de Boulogne quedan chicas . Mucho más si se traza el parangón de ese espacio con los de los otros Grand Slam: el predio de Roland Garros -construido en 1920- es el más pequeño. El US Open posee 14 hectáreas; Wimbledon y Australia, los más grandes, 20. La diferencia es más que considerable.

El Ayuntamiento de París presentó el 19 de mayo un proyecto de ampliación del actual Roland Garros para mantenerlo, a toda costa, en la ciudad e impedir que se lo traslade a las afueras. Ese plan contempla extender la superficie a 13 hectáreas, utilizando una hectárea del Bois de Boulogne y las cuatro restantes de terrenos municipales aledaños. El ambicioso proyecto, además, prevé cubrir el estadio Philippe Chatrier -el escenario principal- con un techo retractil para los días de lluvia (otro asunto negativo hoy) y la posibilidad de hacer lo mismo con la Suzanne Lenglen, la segunda cancha en importancia. Y construir dos nuevos courts para 3.000 espectadores, uno de los cuales podría llegar a una capacidad de 7.000 con tribunas provisorias. También se propone la demolición de la cancha uno, más conocida como La Plaza de Toros por su forma circular, para conseguir más terreno libre en el club.

“No sabemos si lo mejor para el futuro es seguir en París, con sus beneficios y con sus limitaciones, o si debemos empezar de cero y construir un nuevo complejo en un espacio diferente”, sostiene Ysern, uno de los hombres fuertes de la Federación. Justamente la FFT, que desde hace más de una década pretende agrandar las instalaciones actuales, maneja tres alternativas en caso de que no se aprueben las reformas del viejo predio: 1) Versailles, cerquita del Palacio, al oeste de París; 2) Marne-la-Vallée, al este, donde se encuentra el parque de diversiones EuroDisney; 3) Gonesse, al norte. Una cuarta localidad, Evry (al sur), quedó descartada.

Reconoce Ysern: “Nosotros estamos rezagados si vemos lo que han mejorado los otros tres torneos de Grand Slam en los últimos veinte años”. El dirigente francés no oculta su miedo de que Roland Garros, si sigue como está, pierda prestigio y los mejores jugadores no quieran ir “como sucedía en Australia en la década del 80”. La Federación también busca, además de evitar con la cancha techada las suspensiones por lluvia, recaudar más dinero por venta de entradas.

El costo de toda esta movida asusta: si Roland Garros no se mueve de París, las reformas alcanzarían un valor de 200 millones de euros; si se traslada a otra sede, la inversión llegaría a los 600 millones. Sea como fuere, en París o lejos de París, se viene el nuevo Roland Garros.






Fuentes:

www.clarin.com

www.educar.org

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